El verano es la estación en la que más parejas toman la decisión de querer casarse, por lo que en este artículo vamos a abordar las ventajas e inconvenientes que tiene elegir esta época del año y si son suficientes como para justificar el que sea la época preferida.
Elegir la fecha de la boda está bastante clara para un buen porcentaje de parejas casaderas y el verano es la estación estrella si hablamos de porcentaje de celebraciones. Si tenéis dudas respecto a eso, esperamos poder ayudaros exponiendo lo bueno y lo menos bueno de casarse en esta estación.
Ventajas de casarse en verano
En las ventajas tenemos que contar con que el buen tiempo normalmente es el ideal para las bodas al aire libre, tanto en el campo como en la playa, rurales, en un jardín o en mitad del bosque. Recuerda usar cubretacones para ti y tus invitadas para que nada falle.
Cualquier vestido de novia es el ideal para una boda en verano, no tienes la preocupación por mangas, chaquetas o chales, ya que la temperatura acompaña prácticamente siempre.
Suele ser una buena época a nivel de fechas para las bodas en las que haya invitados que vivan fuera, ya que la posibilidad de que estén de vacaciones o puedan pedirlas suele estar entre las más elevadas.
Además, los días son más largos, lo que hace que haya más horas de luz que permiten disfrutar más rato y que se pueda hacer una parte del reportaje al atardecer antes del baile, un recuerdo difícilmente de olvidar.
Desventajas por casarse en verano
El sol que tanto se agradece, puede que sea criminal para las bodas que se realizan al aire libre, teniendo que pensar en dar agua o abanicos a los invitados, además de que se habilite una carpa en el banquete si la boda se realiza en las horas de más calor.
Los precios en verano suelen considerarse de temporada alta por el gran volumen de bodas que existen, por lo que no podréis disfrutar de esos suculentos descuentos que tienen los enlaces en invierno.
Dependiendo de la parte del verano en que estéis, quizás algunos invitados no podrán asistir al coincidir con las fechas de las vacaciones, destacando el mes de agosto como el más conflictivo a la hora de cuadrar las fechas.
El calor no invita a vestir con etiqueta, por lo que no es una época recomendada para una boda en la que el dress code sea estricto.
Al final la decisión es tuya y tendrás que valorar cuáles son tus posibilidades y tus gustos. La mezcla de esto será a buen seguro la que posibilite que tu boda sea en un momento u otro.
Aunque asociamos el verano a calor y buen tiempo, incluso en nuestro país, ya sabemos que hay zonas como son las del norte donde las posibilidades de que el tiempo sea cambiante son mayores, por lo que podemos arriesgarnos a contratar un producto en temporada alta que por tiempo termine no siéndolo tanto, mientras que en le sur el calor puede ser terrible.
Sea como fuere, ss deseamos una buena elección y ¡suerte para el día del enlace!