¿Quién dice que las fastuosas ceremonias de boda indias sólo se ven en la gran pantalla? Barcelona ha sido el escenario elegido, el pasado día 7 de diciembre, para el enlace entre la sobrina del gran magnate del acero Lakshmi Mittal, llamada Shristi Mittal, y su prometido Gulraj Behl.
Como si de una escena de una producción de Bollywood o de la misma Bombay se tratase, cientos de invitados vestidos a la manera tradicional india se congregaron para la boda, que se estima que ha dejado en la capital catalana nada menos que 60 millones de euros. Un motivo más que suficiente para que Artur Mas y Xavier Trías estuvieran presentes en el espectacular enlace, que tuvo lugar en Museo Nacional de Arte de Cataluña, cerrado para la ocasión. Antes de la ceremonia, sin embargo, tuvo lugar, como dicta la tradición, toda una semana de celebraciones en otros emplazamientos emblemáticos de la ciudad: el Museo Marítimo o el pabellón italiano de Montjuic, entre otros.
Sin reparar en gastos
Los colores blanco y fucsia, pertenecientes al novio y a la novia respectivamente, estaban vetados entre los asistentes (algo similar a la prohibición del primero de ambos que nos encontramos en las bodas occidentales). Él llegó montado en un caballo blanco a la ceremonia, mientras que ella lo hizo en un Mercedes, y con cuarenta y cinco minutos de retraso, también en la misma línea que nuestras novias.
El menú corrió a cargo de un nombre muy conocido entre los aficionados a la gastronomía como es Sergi Arola; la tarta, por su parte, toda una obra de arte de seis pisos de altura, fue elaborada por otro maestro pastelero de excepción, Christian Escribà. El regalo de bodas de la ciudad de Barcelona a los recién casados estuvo a la altura de las circunstancias: un espectáculo de fuegos artificiales que se desató una vez hubo concluido la ceremonia.