Parece ser que el hecho de que una boda cueste más de 20.000 euros de media, según un análisis analizado por el portal Bodas.net, ha provocado que muchas parejas intenten reducir los gastos del enlace al máximo con el fin de evitar desembolsar importes tan altos en los elementos que conformarán su boda.
Y, en este sentido, el cubierto es uno de los aspectos que más encarece las bodas, por lo que conseguir que la comida o cena sea barata es uno de los principales propósitos de los futuros esposos.
De este modo, los establecimientos tales como McDonald’s, Kentucky o Dunkin Donuts ya se han apuntado a la moda de las ceremonias “fast food”, lo que ha permitido que los novios puedan ofrecerles a los invitados un pastel de boda elaborado a base de helados de McDonald’s o celebrar el convite en un KFC con un menú elaborado con trozos de pollo empanado.
Asimismo, Dunkin Donuts también se ha adentrado en el universo de las bodas ofreciendo sus deliciosos dulces para los amantes del azúcar y la repostería.
Y es que organizar un menú a base de comida rápida, aunque no es la mejor opción para comer saludable fuera de casa, sí resulta la más económica y, por qué no decirlo, también una de las más originales, ya que lo más probable es que ningún invitado a una ceremonia se imagine que en su plato se va a encontrar un Happy Meal o un donuts relleno de chocolate y avellana.
Lo que está claro es que, con la crisis, hay que buscar nuevas alternativas para ahorrar costes, y muchos de los futuros matrimonios ya lo han conseguido organizando una boda “fast food”.