Toda novia sueña con encontrar el anillo perfecto, un juego de alianzas que simbolicen el amor hacia su pareja, un sello en su mano que grite a los cuatro vientos su unión hacia ese alguien especial… Y para gustos, se hicieron los colores, dice el refrán… Los hay en todos tamaños, con todo tipo de piedras preciosas, siendo el más popular el anillo o alianza con incrustaciones de diamantes. Pero, ¿de dónde viene esta tradición? Realmente, poco sabemos de la historia de éste anillo tan popular..
Aunque no hay una certeza de cuando y donde empezó esta costumbre, se cree que ya desde la antigüedad el hombre le entregaba a su pareja un cordón simbolizando su unión. Luego, ésto evolucionó en un nudo que se colocaba en el dedo de cada uno. Isidoro de Sevilla (560 – 630 D.C.) definió el significado del anillo de bodas como “símbolo de fidelidad mutua, o aún más, para unir sus corazones en un pacto..”.
Y, aunque el uso del anillo en ceremonias cristianas se implementaría casi en los años 900 D.C., era ya una costumbre habitual entre los hebreos (tiempos biblicos). De hecho, su uso se encuentra también registrado en jeroglíficos egipcios y los griegos lo utilizaban ya en la antigüedad (se cree que ellos definieron que se colocara en el cuarto dedo ya que creían que había una conexión entre una vena de la mano y el corazón). Sería hasta en el siglo XII que un Papa de la Iglesia Católica ordenaría su inclusión en la ceremonia matrimonial.
Pero, en lo que la mayoría están de acuerdo es que su forma redonda significa que el amor es “sin principio ni fin”, “unidad” y “fidelidad”.
Como ven, es interesante conocer estos detallitos históricos, le dá más significado a la busqueda del anillo perfecto…