Podemos ser innovadores en lo que queramos, sin miedo. Es una máxima que debemos meternos bien en la cabeza si queremos conseguir esa boda inolvidable. Por ejemplo, ¿qué os parece darle un vuelco al clásico ramo de novia, pasar de las flores y decantarnos por frutas?
No son pocas las floristerías o tiendas especializadas en bodas, incluso los propios wedding planners, que comienzan a recomendar ideas tan simpáticas como ésta, que nada tienen ya de estrambóticas. Los tiempos cambian, ¿por qué no elegir un ramo diferente, con frutas en lugar de con flores? En primer lugar, ya lo hemos dicho, es una excelente idea para quienes busquen un toque original, algo difícilmente visto en los enlaces más clásicos a los que estamos habituados. En segundo lugar, puede ser un complemento perfecto para una boda temática (una rural, por ejemplo) o para una estación concreta. En primavera escogeremos, naturalmente, frutas de la temporada; en otoño serán otras muy distintas con una gama cromática diferente. Si nos apasiona la naturaleza y queremos que cada aspecto de nuestra boda tenga un significado, no hay idea mejor que ésta.
¿Cuáles son las frutas adecuadas?
No podemos lanzarnos a lo loco, claro está. Hay frutas más o menos adecuadas; además, es importante que sean expertos quienes nos preparen el ramo para evitar imprevistos, como que goteen o nos manchen el traje durante la boda. Las manzanas a las que hacemos referencia en el título suelen ser frutas escogidas con mayor frecuencia, pero también las naranjas, los limones, las moras o las fresas. ¡Mucho cuidado con estas últimas!
Para terminar de darle el toque perfecto, debemos escoger flores estacionales que acompañen. Además, os contamos un detalle curioso: durante el banquete, cuando llega la hora de entregar el ramo a una amiga soltera o casamentera, algunas novias “sellan” el momento dando un mordisco a la fruta en cuestión. ¡Un colofón muy simpático, sin duda!