7 Perversiones en pareja – ;

La cabeza humana es un órgano poderoso y exclusivo que nos puede contribuir a sentir altas dosis de exitación solo con encender algunos mecanismos. Desde hace tiempo el hombre y la mujer se han sentido atraídos por lo contraindicado o bien lo irreconocible. Tener fantasías con ocasiones, personas o bien prácticas ignotas, no solo es recurrente, sino es conveniente para sostener una vida sexualmente saludable. Estar en pareja no significa tener que abandonar examinar en nuestros deseos. ¿Qué es aquello que siempre te ha apetecido mas que jamás te has audaz a evaluar? Numerosos hombres y mujeres nos cuentan su vivencia.

1. Mira y déjate ver




El voyeurismo define la actitud de contemplar reacciones íntimas o bien eróticas de otra gente. Dejarse ver por otro en el momento en que nos encontramos en la privacidad es una forma pasiva de provocación que eleva nuestra autovaloración y transforma algún instante diario en una situación de prominente voltaje. La mirada pertence a los sentidos más poderosos en el lote de lo sensual y la distancia impuesta por el voyeur no hace sino más bien avivar la llama del deseo contenido. «No hacía bastante que mi novia y nos habíamos cambiado de piso. trabajo en el hogar, una mañana hablaba por teléfono en mi habitación en el momento en que en una ventana ubicada del otro lado del patio de luces vi a una muchacha hermosa en lencería. Mi primer impulso fue retirarme mas me percaté de que me miraba fijamente. Entonces vi como se llevaba las manos a la espalda y se quitaba el sujetador dejando al descubierto su pecho. Me quedé tan impresionado que continué allí plantado si poder moverme. A los pocos minutos cerró la cortina y continué en exactamente la misma situación cerca de una hora. Unos días después la escena se repitió, mas entonces se encontraba listo y me quité la ropa despacio, sintiendo su mirada pobre mi cuerpo. Cada día dábamos un paso más y a lo largo de numerosas semanas todas y cada una de las mañanas aguardaba el instante con impaciencia. Algunas veces nos masturbábamos, en otras ocasiones hacíamos movimientos detallando la parte que nos agradaría que se tocara el otro y en varias oportunidades nos limitábamos a ver. Pienso que jamás podré olvidar esas horas observando a una absoluta ignota que me regresa orate» –nos comenta Pedro, un letrado de Murcia.

2. El juego de la dominación.




Entregarte a la tutela de otra persona o ser el que proporciona las órdenes puede ponernos las pilas y lograr que vivamos ocasiones que jamás habíamos soñado. La iniciativa de ejercer poder sobre otro transporta girando al hombre desde el principio de la civilización y tras años de evolución, ha derivado en prácticas como el sadomasoquismo, en este momento popular por medio de la conocida trilogía de «50 sombras de Grey». Si les gusta presenciar con esta práctica tenéis que tener clarísimo que es primordial marcar unos límites y tener en el respeto la base de la relación. » apreciaba que en el momento en que hacía el cariño con mi mujer y le sugería algunas necesidades se excitaba mucho. Una noche me hacía una mamada en el momento en que le cogí del pelo y comenzó a gemir. Al rato me ha dicho: «dime qué debo llevar a cabo». Comenzamos con ese juego, un día marcaba las reglas, le ordenaba que se desvistiera, que me esperara de rodillas a un lado de la cama, le agradaba que la esposara. Otra día era a que me recibía con unas botas de montar y un liguero y me tapaba los ojos con un antifaz para ahora sentarse sobre mi boca y también apuntarme como desplazar mi lengua en su sexo. Juntos avanzamos en el planeta del dominio y llegamos a tener experiencias verdaderamente agradables.» – enseña Jaime, un hispalense de 40 y un par de años.

3. Cambio de permisos.




Ponerte en la piel del sexo contrario es una de los sueños eróticos de determinados hombres y mujeres que sienten curiosidad por las experiencias que experimenta su pareja. Para realizarlo puedes evaluar poniéndote en el sitio del otro y jugar con ciertas posiciones y reacciones más comunes en el sexo opuesto, o ofrecer un paso más y haceros con un consolador dotado con un arnés que la mujer fijaría sobre su vulva.

Paula, una maestra de yoga con pareja permanente, nos cuenta su vivencia: «Siempre había fantaseado con tener un pene y frecuentemente tumbada a mi pareja desvisto, me sentaba encima de y le masturbaba suponiendo que su pene era mío. Un día le planteé ir más allá. se mostró asombrado mas accedió a evaluar y adquirí un arnés con un pequeño consolador y lubricante. Al comienzo no fue simple, ya que ninguno de los dos habíamos tenido vivencias de esta clase. Con bastante precaución fui introduciéndole el integrante de despacio silicona, de a poco cogimos ritmo y terminamos teniendo entre las relaciones más profundas que he experimentado en mi vida. Esta práctica es en este momento algo recurrente entre , lo que nos ha enseñado a romper tabúes y vivir la sexualidad de forma considerablemente más abierta».

4. Conviértete en estrella del porno.




La mayor parte poseemos un ingrediente exhibicionista en . El pudor, la carencia de seguridad en nuestra imagen o bien la fácil carencia de ocasiones nos llevan a no examinar esta faceta. La vivencia de llevar a cabo el cariño en frente de un espéculo es muy enriquecedora y nos abre una puerta a caminos extraños. Ver tu cuerpo y el de tu pareja en acción es, en sí, algo demasiado excitante. Un paso más allá sería grabaros mientras que practicáis sexo. Álvaro, un instructor de Valencia, nos enseña su primera oportunidad: «Hacía tiempo que me acostaba con Eva, una ex- compañera de trabajo que llevaba numerosos años viviendo con su novio. Nos las arreglábamos para vernos toda vez que hallábamos la posibilidad. Entre las ocasiones sacó el móvil inteligente en el momento en que estábamos con los preliminares y con el brazo estirado, nos grabó mientras que nos besábamos. Después me grabó practicándole sexo oral. Aunque lo hicimos medio de broma la cosa nos pareció muy incitante y después pasamos un largo tiempo viendo las imágenes. Eso me dio un concepto y la próxima vez que nos hemos visto tenía lista una pequeña cámara con trípode con la cama. Esa vez registramos todo el acercamiento sexual que ahora en sí resulto considerablemente más candente por el mero hecho de sentir el propósito sobre . En el momento en que después hemos visto lo que habíamos grabado no pudimos ni finalizar ya que estábamos tan excitados que volvimos a entrenar sexo un par de veces más».

5. Exitación bajo al agua




El medio acuático lúcida la imaginación en varios amantes. Llevarlo a cabo en el mar, en la piscina o bien en una bañera resulta diferente y libera alguna una parte de nuestro inconsciente que nos conecta con la esencia del humano y la parte animal del hombre. El agua además, al aplacar sentidos como el del oído, el del olfato o bien el del tacto, es con la capacidad de anular nuestras inhibiciones y transformarnos en seres más libres. «Llevaba una época con la líbido por los pisos. Tras una relación de 12 años con mi pareja y dos hijos en común nuestra vida sexual se limitaba a un acercamiento semanal mecánico. Un día me duchaba concentrada en el sonido del agua y sentí como unas manos recorrían mi espalda con suavidad. Entonces aprecié el cuerpo de mi pareja pegado a mi y como su sexo excitado se apretaba contra una de mis piernas. deslizó uno de sus dedos por mi cadera, me acarició la región de la barriga, el pubis y lo ingresó en mi vagina. Lo inesperado actualmente, el contacto de su piel húmeda con la mía bajo el agua y su respiración tras mi oreja hicieron que tuviese un profundo orgasmo en cuestión de segundos. Desde ese día acostumbramos a hallar un hueco todas y cada una de las semanas para ofrecernos una ducha o bien un baño juntos y gozar de esa privacidad» –confiesa Laura, una muchacha enfermera.

6. Acostarte con un íntimo amigo.




Sentirse atraído por otra gente estando en pareja es algo totalmente habitual.

La complicación llega en el momento en que el objeto de deseo es un amigo a una amiga de entre los dos. En estas situaciones se puede decantarse por vivir el deseo como una fantasía o, y caso de que el interés sea correspondido, llevarlo a la práctica de forma reservada tratando evadir llevar a cabo daño a ninguna de las partes. «Desde el instante en que mi marido me presentó a Diego me sentí atraída por . Al comienzo no le di consideración mas en el momento en que sabía que le iba a conocer me arreglaba más y en su presencia se encontraba siempre más simpática y abierta que de práctica, parecía tal y como si me iluminara por la parte interior en el momento en que me hallaba cerca de . En el momento en que me miraba sentía como se me encogía el estómago y si nuestras manos estaban por al azar o bien su brazo rozaba con el mío, toda la piel de mi cuerpo se estremecía. Un día salí con mis amigas y me lo hallé en un pub. Comenzamos a charlar muy animados y nos tomamos una copa en la barra. Se realizó tarde y le solicité que me acompañara a por un taxi. Caminando por la calle nos observamos y sin mediar palabra comenzamos a besarnos. Fuimos hasta su casa y allí hicimos el cariño tal y como si llevásemos toda la vida aguardándolo. Fue algo intensísimo y bonito que me asistió a conocer la relación con mi marido de otra forma. Lo hemos repetido unos cuantos ocasiones mas los dos poseemos claro que deseamos que se quede en lo que es, una historia de morbo y sexo» –cuenta una médico de Barna llamada Claudia.

7. Sexo en las alturas




Acrofília es el término que se usa para designar la inclinación de esas personas que se excitan con la altura. La adrenalina que fluye al hacer ocupaciones como puenting, parapente o bien salto en paracaídas es tan fuerte, que puede llegar a ocasionar un orgasmo espontáneo. Llevado a la práctica diaria son muchas las personas que mantuvieron relaciones íntimas en un avión o bien en la azotea de algún edificio. «A mi siempre me resultó muy excitante sentir la ingravidez de mi cuerpo. Un día fui con mi novia a un funicular, en ese instante no había nadie más aguardando y nos tocó subir solos.

Nada más iniciar el camino empezamos a besarnos con intensidad, nos quitamos sin suponer la una parte de abajo y acabamos haciéndolo en entre los asientos. Sentir el vaivén causado por el viento y estar colgados a centenares de metros sobre suelo logró que fuera una vivencia inolvidable» –cuenta Jorge, un joven ingeniero. Esto explicaría por qué razón el Teleférico de Rosales, en el Parque Oeste de La villa de madrid, se convirtió en entre los sitios favoritos por la parejas para llevar a cabo el cariño.

El planeta de la perversión tiene un extenso paseo y solo sabes hasta donde deseas que te lleve tu imaginación. Despierta tu deseo soñando con aquello que jamás te has audaz a evaluar y abre una exclusiva puerta a lo irreconocible explorando tus límites. Algunas veces solo es necesario ver a tu alrededor y conocer todas y cada una de las opciones que te ofrece la vida. Que poseas suerte en tu aventura