Entre las muchas tareas a realizar al iniciar la planificación de la boda se encuentra la lista de invitados, lo cual puede ocasionar fuertes dolores de cabeza, por lo complicado que algunas veces resulta la combinación de invitar a todo el mundo y pagar por ello…
Me refiero a que por mucho que de corazón quisiéramos invitar hasta al amigo de la niñez, el presupuesto con el que se cuenta limita estos deseos…
Lo aconsejable es establecer qué tipo de boda desea celebrar la pareja: familiar e íntima al contrario, grande y compleja. Esto sin duda lo determina el presupuesto, por lo que es muy importante tomar la decisión entre ambos y concientemente. Luego, es mejor que cada contrayente elabore una lista preliminar de sus familiares cercanos y amigos, para luego combinarlas y añadir los amigos o conocidos en común.
Una vez realizado esto, se deberá revisar la lista para decidir quienes se quedan en ella y quienes se convierten en invitados tentativos, a quienes se les añadirá en caso de cancelaciones o posibles inasistencias. Además, dependiendo de cada pareja, los padres de ambos querrán invitar a sus propios amigos y conocidos. Ojo, siempre guardando el respeto necesario hacia los padres, es importante que los contrayentes tengan la última palabra con respecto a quienes asisten, ya que lo importante es que puedan celebrar este día tan especial junto a sus invitados… ¿Por qué endeudarse por invitar al antiguo vecino de tus padres?
Por último, aunque algunos especialistas en etiqueta dicen que no es adecuado, hay parejas que optan por aclarar en las invitaciones la no asistencia de los niños, lo cual puede ahorrar en términos de alimentos y espacio…
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