La luna de miel es un momento para dos… pero a las parejas que tienen hijos, especialmente si son pequeños, les resulta difícil dejarlos a un lado en un viaje tan especial. Si estáis planteándoos viajar con peques, aquí tenéis algunos consejos útiles.
Viajar con niños es una alegría para algunas personas, pero para otras es un trance. En ocasiones no tiene sólo que ver con el carácter del pequeño, que es lo que más se suele comentar: el destino que escojamos también puede ser determinante. Y si hablamos del viaje de boda, esto cobra una importancia todavía mayor. Queremos que nuestros hijos disfruten con nosotros, eso está claro, pero nuestro consejo es que no lo hagáis a costa de enturbiar un momento tan importante, del que debemos guardar un bonito recuerdo.
En lugar de forzar las cosas, os recomendamos que escojáis un destino que os interese como pareja y que al mismo tiempo no vaya a agotar o a aburrir en exceso a vuestros peques. Si estamos decididos a viajar con ellos tras la boda, lo mejor será renunciar a cruceros agotadores, viajes de aventura… y quedarnos con escapadas urbanas, tours variados en ciudades suficientemente versátiles como para que tanto ellos como nosotros encontremos diversión.
Nuestro relax es igual de importante
En línea con lo que hemos comentado arriba, no debemos tener reparos en dedicar un tiempo sólo a nosotros como pareja. A la hora de escoger el destino para la luna de miel, y más aún, el alojamiento, busquemos sitios que cuenten con guarderías fiables, con zonas de recreo o monitores infantiles donde los podamos dejar unas horas y pasar ese tiempo a solas como pareja que seguro que deseamos. No se trata de “arrinconar” a los hijos, ojo, sino de saber gestionar el tiempo de forma inteligente: lo idóneo es combinar la alegría de estar con ellos con el reposo que sin duda merecemos tras el trajín de la boda.