Que las bodas son un momento para que todos nos divirtamos es algo que está fuera de duda. Pero una cosa es salirse de la norma y otra es hacer cosas de las que luego nos arrepintamos… y que puedan quedar inmortalizadas en las fotos.
¿A qué viene esta reflexión, que seguramente todos tenéis en mente de sobra? Pues a la noticia de una nueva moda que ha llegado a nuestro conocimiento a través del portal Terra (quienes, a su vez, citan como fuente el diario holandés De Telegraaf): la de sacarse fotos enseñando el trasero en la boda. Es una escena que reúne a las damas de honor, de espaldas, enseñando el trasero como si acabasen de ser sorprendidas. En ocasiones la novia se suma, y suponemos que finalmente todo el que se quiera acercar. ¿Podríamos considerarlo un selfie, ahora que tan de moda están, o no lo serían por la distancia de la cámara..?
Sentido común ante todo
Consideraciones terminológicas aparte, lo cierto es que no tenemos claro si esto es una diversión sin más o roza el límite del buen gusto. Todo dependerá de cómo se haga, claro. Si buscáis por Internet, os encontraréis numerosos ejemplos: desde los que se presentan con un toque gracioso e inofensivo, ligeramente picante, hasta aquellos que comprometen la intimidad de las retratadas. Y, por supuesto, también hay que tener muy en cuenta que esta clase de fotos de boda pueden no ser las más adecuadas para las redes sociales. No sólo corremos el riesgo de que Facebook nos censure (teniendo en cuenta lo intransigente que es a veces con todo lo que suponga “enseñar carne”), sino que no debemos olvidar que Internet es un escaparate de nuestra vida, a veces de manera mucho más seria de lo que podemos considerar. A nadie le gustaría que un posible jefe le buscara en Google y encontrar fotos de estilo, ¿verdad?
Todo debe pasar, en el fondo, por el filtro del sentido común. No hay más. Disfrutemos de la boda, divirtámonos, seamos originales… pero no plantemos semillas de posibles problemas por un rato de risas.