El anillo de compromiso, su historia

Previo a la oficialización de la boda hay un acto que, según el gusto de la pareja, suele ser absolutamente íntimo y emocionante; esto es: la entrega del anillo de compromiso, la joya con mayor valor sentimental que tendrás en tu vida.

Este anillo es entregado por el novio a la novia en un acto en el que le pide que sea su esposa y a través del cual le propone casamiento. Algunas parejas organizan para esto una reunión familiar y con amigos cercanos, otras escogen hacerlo a solas por lo general el novio sorprende a la novia en una cena íntima. Esa es una gran idea, por cierto.

La entrega del anillo de compromiso surge en la época de los caballeros romanos, quienes entregaban como un comprobante de su promesa matrimonial un aro de hierro que su prometida debía guardar hasta que esta promesa se cumpliera. Con el paso del tiempo este aro se fue convirtiendo lentamente en una fina joya, para finalmente popularizarse como un anillo con un diamante engarzado.

Según cuenta la historia, el primer anillo de compromiso con un diamante, fue el entregado por el Archiduque Maximiliano de Austria a Mary de Burgundy en el año 1477.

La costumbre marca que este anillo se debe llevar en el dedo anular de la mano izquierda, y la explicación de esto es absolutamente romántica, ya que se trata del dedo cuyos conductos sanguíneos van directo al corazón. Más allá de todas estas explicaciones referidas a la tradición, este anillo es sin dudas un símbolo de la más grande promesa de amor que un hombre puede hacerle a una mujer.