Las impresoras 3D están de moda, y en los últimos meses hemos visto cómo surgían más y más ideas innovadoras a partir de sus inmensas posibilidades. Hoy os presentamos una que sin duda puede dar mucho que hablar a largo plazo: el primer traje de novia que podemos considerar 3D.
Bueno, ya sabemos que nuestro propio mundo es 3D… pero de alguna manera hay que denominarlo. Se trata de una curiosidad del mundillo de las bodas que hemos conocido a través de Mashable.com, ideada por las prolíficas mentes de dos personas, el diseñador Michael Schmidt y el arquitecto Francis Bitonti. Dita von Teese, modelo, actriz y bailarina del género burlesque fue la encargada de “ceder” su cuerpo como escaparate. El traje de novia en sí (podemos encontrar fotos sin dificultad en Internet) es bastante distinto de los que vemos en las bodas al uso: negro en lugar de blanco, con rejillas, muy ceñido y con unas hombreras un tanto futuristas como principal atractivo.
El traje fue presentado en el neoyorquino Ace Hotel el pasado mes de junio ante cientos de personas como una demostración de que las impresoras 3D sólo parecen tener un límite: el que nuestra imaginación nos marque. De hecho, no es la primera vez que Schmidt pone sobre la mesa esta idea como concepto en el que basar su carrera profesional: a él le debemos muchos de los extravagantes modelos que ha lucido Lady Gaga en el escenario.
¿Hay futuro para esta clase de trajes?
Las bodas son costosas, y los trajes de novia todavía más (una prueba de ello es que cada vez se vende el vestido y se compra de segunda mano con más frecuencia). No podemos pensar que esto vaya a convertirse en una tendencia demasiado pronto, sobre todo porque esta clase de impresoras no se han popularizado aún. Sin embargo, en un futuro pueden convertirse sin duda en una alternativa viable e innovadora, con el que muchas novias podrán dar rienda suelta a su creatividad a la hora de vestirse para la boda.
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