¿Sabéis que hay normas para la petición de mano? No ese momento en que el novio (¡o la novia!) piden a su pareja en matrimonio… sino la formalidad en que se hace lo propio en presencia de las familias. Una curiosidad hoy en desuso que todavía hay quien practica. El origen de esta tradición con la que se iniciaban anteriormente los preparativos de la boda está, cómo no, en aquella época en la que el novio prácticamente “compraba” a la novia a la familia. Además de entregar una dote (y cuanto más generosa, mejor partido y más contenta quedaba la familia), también debía contar con un consentimiento que podía variar en función de su estatus social, sus posesiones, etc. Con el paso de los siglos se convirtió en un formalismo mucho más relajado, por suerte. Hoy en día no se puede considerar que sea un requisito para celebrar ninguna boda, pero hay parejas que siguen llevándolo a cabo como una cortesía, sin una utilidad o significado más allá.
Cómo realizar la petición de mano
La tradición dicta que sea el novio, como hemos comentado, quien solicita a la familia de la novia la aprobación para celebrar la boda. Por ello, suele hacerse en casa de ésta, o bien en un lugar en el que se reúnan ambas familias de manera neutral.
¿Tiene que llevar el novio algo, hacer algo especial? Mira que hay familias difíciles de convencer… Por suerte, los tiempos de las dotes quedaron muy atrás, al menos en el mundo occidental (todavía hay rituales en otras culturas), pero el protocolo indica que se puede entregar un ramo de flores blancas a la novia y otro de menor tamaño (y con las flores que se quiera) a la madre.
También se puede aprovechar el momento para que la novia reciba su anillo de pedida, y para que ésta obsequie a su pareja con un detalle que pueda lucir el día de la boda: un reloj, unos gemelos… Y ahora es cuando empieza lo bueno: la vertiginosa escalada de preparativos para la ceremonia. ¡A disfrutarla (o sufrirla)!
Auto Amazon Links: No se encontraron productos.