Los niños en una boda son la eterna controversia. ¿Debemos permitirlos o no? Lo cierto es que no hay por qué negarles la diversión: podemos idear muchas maneras de que estén entretenidos y disfruten tanto como sus padres.
Lo principal es no dejar a los padres la responsbilidad individual de ocuparse de los pequeños: debemos pensar que la boda es un momento para que ellos también se relajen y pasen un buen rato, aliviados del estrés del día a día. Así que lo mejor es acotar un pequeño espacio para que los niños se entretengan por sí mismos cuando terminen de comer, sobre todo si son bastantes, más de cinco o seis. Si tenemos los medios suficientes podemos contratar a un animador para que se encargue de ellos; si no, bastará con proporcionarles juguetes de todo tipo y estar atentos de cuando en cuando. La variedad será muy importante, ya que no sólo las personalidades serán distintas: también es probable que nos encontramos con niños de edades muy dispares. Así que habremos de proporcionarles todo lo que se nos ocurra: libros para colorear, juegos de mesa, incluso consolas si tenemos la posibilidad. ¡Que cada uno encuentre lo que más le guste hacer!
Los castillos hinchables, la opción de moda
Cualquiera que haya acudido no ya a una boda, sino a una comunión, un cumpleaños… en los últimos meses sabrá que los castillos hinchables se han convertido en la nueva moda. Si el número de peques en nuestra boda es considerable (más de diez, por ejemplo) y tenemos un espacio exterior que lo permita, contratar una atracción de este tipo es muy recomendable. Eso sí, mucho ojo: la creciente popularidad de los últimos tiempos también ha hecho que proliferen quienes los alquilan sin contar con las garantías necesarias de seguridad. Debemos asegurarnos de que contratamos a una empresa seria y fiable que cumple con lo estipulado para que no haya riesgos, aunque suponga pagar un poco más.
Crédito de la imagen: Bodasnovia.
Auto Amazon Links: No se encontraron productos.