Caprichosa y oscura, colorida y de mal humor … esta inspiración de boda italiana tiene el extraño parecido con Alicia en el país de las maravillas, pero en la paleta de colores del otoño.
Como un cuento de hadas, la escena tiene lugar en un hermoso pueblo toscano contra un cielo otoñal tempestuoso. Vestida con capas de tul melocotón, nuestra novia es una reina del color y hace su entrada en uno de los vestidos de novia más salvajes, con volantes y coloridos de Millia London.
Con la recepción en el jardín y un picnic en el césped (con el violonchelista de la ceremonia a cuestas), esta escena de boda extravagante hace que nuestros corazones laten por grandes gangas. Fotografiado por uno de nuestros fotógrafos italianos favoritos a través de Stefano Santucci, deja que este editorial te lleve a un ensueño otoñal de la Toscana …
por Stefano Santucci
La recreación de esta boda «excéntrica» recuerda a una fiesta en el Palacio de Versalles, dirigida por una novia extravagante pero sarcástica que refleja a la famosa María Antonieta en sus movimientos y conducta regia (y vagamente esnob).
Todo el ambiente es extremadamente refinado y refinado. Desde la elección de colores en la mesa de los postres, desde la gama de plumas de pavo real hasta el exquisito nicho en el césped, nada se deja al azar.
Inmersa en la campiña toscana, la hermosa e imponente Tenuta Bossi ha gobernado pacíficamente durante siglos, gracias al hábil cuidado de una antigua familia florentina: los Gondi. La fortuna de la familia se remonta al siglo XV, cuando los miembros de la familia pudieron hilar oro junto con seda, convirtiéndose en artesanos de alto nivel y más tarde en banqueros de gran fama.
Alrededor de la villa, embellecida y ampliada a lo largo de los siglos, hay colinas plantadas de viñedos y prados ilimitados. Un hermoso bosque de bambú enriquece la propiedad y le da una sensación exótica y poco convencional.
Una opción atrevida es reemplazar por completo las flores de la mesa con elementos decorativos complicados de hacer, pero con un gran efecto paisajístico. Las grandes esferas de colores que decoran la mesa, totalmente artesanales, se asemejan a las hortensias. Sin embargo, son pétalos de papel de colores que, una vez enrollados con estilo, dan vida a toques de color dispuestos que se destacan con gracia en una mesa frente a algunos amigos cercanos. La mesa está enriquecida con frutas en rodajas y los marcadores de posición son coloridos animales de granja en una versión de muñeca.
Incluso el vestido es un triunfo del voluminoso tul rizado (de Millia London), al igual que las tartas que consideran el leitmotiv de las bolas de masa de papel en la decoración.
Nuestra novia, inicialmente aburrida e indiferente, parece casi rechazar a su joven amante, pero luego abandona toda ironía y cae lánguidamente en los brazos de su amante para un final feliz y obediente digno de los más bellos cuentos de hadas.
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