La tradición de entrada de la novia en las bodas

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El momento en que la novia entre en la iglesia o el lugar en que se celebra la boda es muy emotivo, tanto para la propia pareja como para invitados y familiares. Tenemos algunas tradiciones que aún perviven durante este breve e intenso paseo.

La forma de entrada más habitual, que seguro que tenéis todos en mente, consiste en que sea el padre de la novia quien la acompañe hasta dejarla junto a su pareja. Este gesto tiene un origen muy antiguo, que se remonta a la Edad Media… y con una explicación de ésas que hoy nos hacen enarcar las cejas. Como sabemos, los casamientos entonces eran prácticamente un negocio, una conveniencia en la que los padres otorgaban la mano de sus hijas a los pretendientes que más les iban a beneficiar a nivel económico o de status. Pues bien, en este contexto el padre era quien “entregaba” literalmente la mercancía al joven (¡o no tan joven, por desgracia!) que la había adquirido. Hoy, por fortuna, se trata de una tradición de boda impregnada de un significado mucho más familiar y bonito.

La novia a la izquierda, un significado muy curioso

Por otro lado, ¿sabéis por qué la novia se coloca tradicionalmente a la izquierda del novio durante la ceremonia? También debemos mirar muy atrás en la historia para encontrar el motivo, bastante peculiar y divertido, todo sea dicho. El caso es que las bodas medievales más antiguas, que se solían realizar al aire libre, contaban con muchos invitados, asistentes, curiosos que pasaban por allí… y cabía la posibilidad de que alguno de ellos se encaprichase de la novia y quisiera raptarla. En ese caso, el novio tenía la obligación de defenderla, claro está, y para ello debía tener el costado derecho libre; era la mejor manera de sacar las armas lo más rápido posible.