Con el nombre de first look se conoce una tendencia cada vez más extendida en las bodas de todos los países, con origen en Estados Unidos. Curiosamente, se trata de lo opuesto a una de nuestras tradiciones más antiguas…
Y es que todos sabemos que hay una norma inviolable en cualquier boda: el novio y la novia no deben verse antes de la ceremonia, o toda clase de malos augurios (inserte aquí la superstición que le apetezca) caerá sobre la pareja en el comienzo de su vida en común. Sin embargo, también está la otra cara de la moneda. Ese instante en que ambos se ven por primera vez vestidos para la ocasión es sin duda uno de los más bonitos de la ceremonia, preñado de emoción y cariño. Y es una lástima que se quede sólo en eso, un breve instante…
La primera mirada, retratada para siempre
Así que cada vez son más las personas que quieren inmortalizar ese momento para el recuerdo. Ese first look, la primera mirada que se dedican, se ha convertido en una sesión fotográfica aparte, donde sólo están presentes los novios. Todavía no ha llegado el bullicio de la boda, las mil y una caras sonrientes a su alrededor; sólo el fotógrafo estará a su lado, preparando el escenario como ellos deseen para captarlo. Naturalmente, aunque sea algo pactado, la autenticidad de la escena está ahí: las fotos reflejarán el instante en que la pareja se encuentra y esa emoción que a duras penas podrán controlar.
Desde luego, poder trabajar con estos sentimientos a flor de piel es la mejor materia prima para un fotógrafo en cualquier boda, y seguro que quedan imágenes memorables para el recuerdo. Os animamos a probar el first look, aunque suponga desvelar el misterio de las vestimentas de los novios antes de la ceremonia. ¡Una tradición por otra!
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