Por regla general, las bodas empiezan a organizarse un año antes de su celebración, momento en el cual vemos que disponemos de doce largos meses por delante, lo que puede provocar que nos lo tomemos con calma. No obstante, un año pasa volando, por lo que es importante que empieces a preparar cosas para que luego no haya imprevistos desagradables.
En este sentido, una de las primeras cosas que debes hacer es comprobar de qué presupuesto dispones, ya que no tiene ningún sentido que empieces a mirar restaurantes o vestidos de novia de un precio elevado si dispones de un reducido presupuesto.
Una vez que sepas cuánto dinero puedes gastarte en la celebración de la ceremonia, deberás pensar en el lugar donde vas a festejar la boda tanto si es una iglesia como si eliges una mansión o un castillo, ya que, por regla general, en estos sitios es necesario realizar la reserva con bastante tiempo de antelación para no encontrarse con sorpresas desagradables y sin sitio para celebrar la ceremonia. No obstante, a la vez también es necesario que compruebes cuántos invitados asistirán, ya que, si vais a ser muchos, tendrás que escoger un lugar con suficiente espacio para todos.
Después, puedes centrarte en la búsqueda de un restaurante o empresa de catering cuyas características se adapten a tus necesidades, ya que esto te llevará tiempo debido a que tendrás que probar varios menús hasta dar con el lugar perfecto.
Por regla general, realizar todas estas acciones no te llevará más de seis meses, momento a partir del cual podrás dedicarte a otras cuestiones, tales como la búsqueda del vestido de novia o la elección del peinado y el maquillaje.
