Un baile de máscaras en tu boda

baile de máscaras

Hay pocas estampas más elegantes y misteriosas que la de un baile de máscaras. ¿Se trata de una tradición que podamos adaptar a nuestra boda?

Antes que nada, hay que entender de dónde vienen estos conocidos bailes que tantas veces hemos visto en cine o televisión. Nacieron como parte de las celebraciones medievales de Carnaval: en una época del año en la que se rendía culto a la diversión y el placer, muchos hombres y mujeres se conocían en estos bailes con los rostros ocultos por las máscaras, metáfora evidente de búsqueda de relaciones esporádicas y misteriosas, sin compromiso. Durante el Renacimiento se introdujeron también en otra clase de festividades públicas. Su popularidad aumentó gracias al auge de Venecia, ciudad de las artes por antonomasia que exportó numerosas modas en su época, y posteriormente, en los siglos XVII y XVIII, llegaron también a las cortes europeas, adquiriendo un significado mucho más distinguido.

¿Cómo llevar esto a una boda?

Naturalmente, si pensamos en trasladar esta tradición a nuestra boda no vamos a fomentar la idea de “enmascararse para encontrar pareja”, pero sí podemos adoptar ese mismo aire misterioso y elegante en el baile. Podemos solicitar a los invitados que se lleven sus propias máscaras (siempre marcándoles unas pautas para asegurarnos de que se sigue una misma línea y se respeta el buen gusto), o bien proporcionárselas nosotros mismos en la boda. Los novios pueden abrir el baile enmascarados de manera diferente, con un diseño creado sólo para ellos, alegre y llamativo. Y podemos acompañar el baile con una iluminación tenue que invite a esa sensación de misterio.

La música tendrá que ser acorde con la temática. Nada de “canciones del verano”: un vals puede servir como apertura, y después hemos de escoger canciones lentas, incluso música renacentista si nos atrevemos. El esfuerzo de preparar todo esto merecerá la pena, sin duda, y dejará un recuerdo imborrable en nuestros invitados.