Una candy bar en la boda

candy bar en boda

No estamos hablando del último juego de móvil de moda. La candy bar es una idea divertida con la que seguro que engatusaremos a mayores y pequeños en la boda: una mesa sólo dedicada a dulces y chucherías.

Como no podía ser de otro modo, esta tendencia para las bodas nos llega importada desde Estados Unidos. La candy bar aparece en el momento del banquete y es similar a otra idea de la que hemos hablado en alguna ocasión: la de crear un rincón para que los fumadores puedan disfrutar de sus puros y de un trago con tranquilidad. En cualquier boda tendremos a alguien a quien no le apetezca salir a bailar, pero sí levantarse a estirar las piernas y charlar un poco con el resto de invitados. La candy bar puede ser una zona excelente para ello; nadie le hará ascos a una golosina mientras socializa un poco. Y si además tenemos niños en la boda, el éxito está asegurado. Aunque tal vez no haga tanta gracia a los sufridos padres que tendrán que controlar su glotonería…

Un (colorido) universo de posibilidades

Aunque su nombre parezca dejar poco a la imaginación, en realidad una candy bar puede incluir también otro tipo de snacks salados. Y no tiene por qué ser una acumulación de chucherías sin ton ni son. Podemos diseñar este rincón de nuestra boda de la misma manera que hemos hecho con el resto de la decoración, siguiendo una temática, una escala cromática, un tono determinado, combinar sus elementos con la tarta y el estilo que hayamos escogido para ella… Si además nos gusta el mundo de los cupcakes, si nosotros mismos los elaboramos o uno de nuestros familares o amigos se dedica a ello, la candy bar puede ser un momento excelente para dar a conocer nuestras artes pasteleras.