Always loving PUCCI – ;

Modelos sobre techo florentino. Foto: Taschen

En la región de camisas del armario de mi madre siempre había unos cuantos que refulgían, que atraían al ojillo antes que el resto. Eran de Emilio Pucci y estaban repletas de triángulos, amebas fluorescentes, paramecios rosas, lunares ovalados . En el momento en que se las ponía apreciaba un subidón y se encontraba segura de que el paisaje de su camisa era semejante a eso que veía Jim Morrison, de los Doors, o bien Jimi Hendrix tras meterse al cuerpo un trippie, un LSD.

Beyoncé -vestida de Pucci- besa a Obama antes de cantar en la gala inaugural de investidura del presidente. Foto: Y también. Pucci

La modelo Joan Smalls en el desfile otoño-invierno 2013-14. Foto: Y también. Pucci

Determinados no acaban de ver cuál fue la revolución que este marqués florentino trajo al planeta de la tendencia en los años 50, mas la acercamiento más que visible. Antes que nada inventó unos estampados hasta el momento nuevos, psicodélicos, ondulados, empapados de un ‘haz el cariño y no la guerra’ más chic que hippy.

Campaña de publicidad de la compilación otoño-invierno 2012 con AmberValetta. Foto: Y también. Pucci

Unos dibujos que son como esos que veías en el momento en que mirabas por el caleidoscopio de cartón rojo tubulado que te habíantraido los Reyes Magos y que nadie había plantado en los tejidos hasta el momento. En resumen, el mérito de abstraer lo que modificaba en el planeta y en la calle y plasmarlo en fulares, falsas, paraguas, vestiditos ‘wrapped’ a la cintura en los que después se ha inspirado Diane von Furstenberg, y muchos plagiarios.

Aspecto de un vestido de la pasarela otoño-invierno 2013-14. Foto: Y también. Pucci.

Seguidamente, liberó a las mujeres de tejidos al empleo con bastante apresto que oprimían y encorsetaban el cuerpo: tafetanes, rasos, organzas, sedas salvajes o bien piqués se reemplazaron en muchas cenas y almuerzos por vestiditos, pantalones y túnicas de un punto de seda espectacular, etéreo, ligero; una segunda piel tatuada de colorín que de repente te quitaba diez años en el momento en que te vestías con .

Escaparate primordial de la tienda de Pucci en la Madison neoyorquina con la presente compilación otoño-invierno, de inspiración oriental.

Jamás imaginó el marqués Emilio Pucci di Barsento, estirpe de allá por el siglo XIV, que la vida le llevaría a la costura. Nació en Florencia en 1914, pertenecía a una familia aristócrata de la Toscana, fue conduzco en la guerra y lo que joven enserio le tiraba era la vida al aire libre, los deportes, la natación, el tenis, las carreras de vehículos y, más que nada, el esquí. Llegó a ser parte del conjunto olímpico italiano sobre las tablas en 1932. Sus progenitores le insistieron en que debía pasar por la facultad, de esta forma es que estudió un par de años en la de Milán y se doctoró en sociología en 1937 en la facultad de Florencia.

Entre los despachos del Palazzo Pucci, en Florencia, sede de sus áreas de trabajo. Foto: Y también. Pucci

Un día, esquiando en Zermatt, Suiza, se le ocurrió que le apetecía diseñar ropa de esquí y el fotógrafo de Harper´sBazaar, Toni Frissell, decidió llevar a cabo ciertas instantáneas de la ropa de deporte que había desarrollado, muy pegada al cuerpo. Tal fue el éxito que comenzaron a lloverle los pedidos. Las factorías que diseñaban tejidos strecht descubrieron en un filón y le perseguían a fin de que inventase prendas ajustadas al cuerpo con sus lonas.

Catherine Zeta Jones en el software ‘Tonight espectáculo withJayLeno’ vestido de Pucci. Foto: Y también. Pucci.

pienso que el marqués di Barsento entró a ser parte, en negritas, en los libros de historia de la tendencia en el momento en que lanzó sus celebérrimos pantalones Capri, inspirados en los que utilizaban los pescadores, arremangados a fin de que no se mojaran.

Sandalia de interfaz de la compilación primavera-verano 2012.

Como siempre, la calle y el día a día han despertado la imaginación de los enormes profesores de la tendencia porque además Coco Chanel, fijó en los suéters que llevaban los marineros del puertecito de pescadores de Deauville para diseñar los de el y hallar que, por vez primera en la Historia, las mujeres llevaran suéters de punto. Qué osadía en el momento en que por entonces solo llevaban vestidos recios con sombreros gigantes ‘que parecían nidos de cigüeñas que plantaban en su cabeza», como afirmaba mademoiselle Chanel.

Foto de la portada del libro de Taschen: “Emilio Pucci: el príncipe de los estampados”.

Toda la crème de la crème italiana recalaba por su tiendita de Capri para adquirir camisas de popelín, zapatos forrados de seda, pamelas, bolsos, siempre de colores refulgentes, ácidos, los más chillones del planeta por entonces. Grace Kelly descubríó que nada le favorecía más que los turbantes rápidos de Pucci y se alistó como clienta asídua.

Naomi Watts con traje de Pucci en la cena de VanityFair posterior a la gala de los Oscar del año en curso.

Después Liz Taylor se asoció a los trajes que remarcaban curvas y escote sin engordar. La imitó Lauren Bacall, Jackie Kennedy y sus camisas camiseras adquiridas en Neiman Marcus, que terminó concediéndole un Neiman-Marcus, en Dallas en 1959.

Foto hippy-chic del libro de Taschen. Foto: Taschen.

Nacía una estrella que alumbraba a poco a poco más estrellas. George Barris retrataba a Marilyn vestida con el sensual punto de seda de Pucci. Sophia Loren lucía sus túnicas en los festivales de cine y no vaciló en adquiriese su recién nacida lencería y sus trajes de baño. En 1959, Emilio conocía a las baronesa romana Cristina Nannini,con la que se casó mientras que confesaba que se había casado «con un Botticelli».

BennNorthover, Olivia Magnani, Paz Vega, Clotilde Coureau y Peter Dundas, diseñador de hoy de Pucci, en le ‘diner de la mode’, cena beneficiosa. Foto: Pucci.

Las líneas se sucedían: toallas, muebles, carteras, sábanas con tonos turquesas, manzana ‘golden’, rosa lila, amarillo lima, que utilizaba sin cortarse un pelo y con un sello que nadie lograba imitar.Mientras que, además se dedicaba a la política, que jamás había descuidado , y se presentaba a las selecciones italianas, en las que sería elegido diputado en 1963. Entre tanto encanto, nadie sabía que había sido cómplice de Benito Mussolinni en la Segunda Guerra Mundial y torturado por la Gestapo para conseguir información.

Boceto de entre los vestidos que transporta en su da un giro ‘Radioactive tour’ la artista Rita Ora. Boceto: Y también.Pucci.

La modelo Daría Strokous en el desfile otoño-invierno 2013-14. Foto: Y también. Pucci.

Tras abrir su tienda en Roma y ser el más esperado entre los ricos con estilo norteamericanos, diseña, por solicitud de la NASA, el emblema de la misión Apolo 15 y los uniformes de la aerolínea Braniff entre 1965 y 1977. Su hija Laudomia, que hoy en día dirige la compañía, lanzaría sus primerosleggins en 1987 y después la lista de colaboraciones es interminable: compilaciones para hombre con Ermenegildo Zegna que hacían escandalo en Saks Fifht Avenue, diseños en edición limitada para las fundas de la Play Station portátil, tejidos hightech para candelas y también interiores de barco, vajillas nada menos que para Rosenthal Las hermosas fundas para una compilación completa de maquillaje de Guerlain.

Desfile otoño invierno 2013-14. Foto: Y también. Pucci

Las tiendas afloraban como champiñones: Las Vegas, BalHarbour, Palm Beach, Berverly Hills, Boston, South Coast Plaza Hoy en día suman 50 boutiques repartidas por 300 países.

Aspecto de una falda ‘muy Pucci’ del desfile otoño-invierno 2013-14. Foto: Emilio Pucci.

En el momento en que murió, en 1992, su obra ahora se encontraba en los primordiales museos popular y artes ornamentales de todo el mundo. La novedosa saga de VIPS proseguía adorando los vestiditos y pantalones que rejuvenecían: Madonna, KylieMinogue, la pesada de Victoria Beckham, Liz Hurley, Sienna Miller o bien Kate Hudson, se mueren además por hallar algún Puccivintage en los mercadillos. Y no van de casa sin sus perfumes florales de magnolia, rosa, ylang-ylang, cedro. Para las novedosas generaciones, además Emilio Pucci es lo más in.

Boceto vintage del libro ‘El príncipe de los estampados’. Foto: Taschen

Prueba de es que, en 2000, el conjunto LVMH adquirió el 67% de la compañía y, hoy día, el director artístico es el noruego Peter Dundas, que se metió en el túnel del tiempo para retrotraer a su compilación veraniega el Saint Tropez setentero de Brigitte Bardot: faldas al tobillo, tops hiperajustados, aire zíngaro, rojo fuego, oro viejo y negro carbón en una línea muy voluptuosa a partir de tules de seda, organza, pantalones de cintura alta y bermudas ajustadas.

La modelo Grace Mahary, de negro y malva, en la pasarela 2013-14 otoño invierno. Foto: Y también. Pucci

Taschen-la editorial que mejor mima a los diseñadores popular- le honra con un libro, ‘Pucci: el príncipe del estampado, su visión y su legado», que da distintas portadas. Es Vanessa Friedman, una periodista enfocada, quien nos comenta la narración de la marca estrella de la jet-equipo y de su figura por medio de centenares de fotografías y bocetos.

Backstage del desfile primavera verano 2013. Foto: Y también. Pucci.

La modelo Magdalena Frackowiak posa con un modelo de la compilación primavera-verano 2012. Foto: Y también. Pucci

Campaña de publicidad de la compilación primavera-verano 2013 con Amber Valetta.

Pucci piensa, como de este modo pasa con todos y cada uno de los enormes sastres, un modo de vida, mas un modo de vida relacionado siempre con el buen vivir, los navíos,el sol y la tierra, playas inmensas, los tonos de los que somos mediterráneos, el leit-motiv de ‘los dioses proveerán’, las geometrías y asimetrías de Picasso, los azules de Dalí, los anocheceres de Sorrento con un limoncello en la mano. Pucci jamás habría sido Pucci si no hubiese nativo de Italia y no hubiese contemplado de pequeño las cúpulas de Miguel Angel, los Boticellis, la galería de los Uffizzi, las películas de Visconti, el carnaval de Venecia, algunas reiminiscencias hindúes del cruce de Italia con Asia o bien esos verdes galácticos, pop art, provocativos y fosforescentes de los inmensos campos de la Toscana.

Emilio Pucci (Marca)