Lo escuchamos a menudo: la convivencia es un camino que puede llegar a ser arduo para una pareja. Pero lo cierto es que también se puede ver desde el otro lado: resulta muy bonito aprender a labrarse un día a día con la persona que quieres.
¿Qué consejos o pasos podemos seguir para la convivencia, sobre todo si es antes de la boda? Está claro que, para empezar, no debe ser una decisión que se tome a la ligera. Gran parte de los fracasos sentimentales se deben a apresurar demasiado el momento de convivir. No hay por qué fijarse en lo que hagan los demás o imitar pautas: es algo que las dos personas deben hablar y en lo que deben embarcarse sólo cuando se sientan plenamente preparados. Si el momento llega antes o después de la boda, es lo de menos; lo importante es saber identificarlo sin prisas.
La búsqueda del hogar
Una vez tomada la decisión, llega el primer punto para trabajar en común: la búsqueda del hogar común. Hoy en día no es una tarea tan ingrata como hace algunos años, cuando no quedaba más remedio que salir a recorrerse las calles, libreta en mano, apuntando números. Naturalmente, la opción de visitar una zona que nos gusta y buscar pisos en venta o alquiler no se puede pasar por alto, pero por suerte contamos con Internet para echarnos una mano. Hay páginas que nos ofrecen un amplio catálogo de pisos en venta, con posibilidad de filtrar por zonas, y otras muchas nos permiten comparar precios y prestaciones de apartamento en alquiler. Hay que elegir sabiamente no sólo teniendo en cuenta las necesidades de la pareja, sino también el presupuesto disponible. Pensando en el futuro, pero sin comprometer el presente.
Cediendo límites
Se dice que cualquier tipo de convivencia, ya hablemos de una pareja o una familia, se basa en respetar los límites y la libertad del otro. Es algo muy cierto, pero también hay que tener en cuenta que igual que exigimos respeto habremos de ceder algunas de nuestras fronteras, ampliarlas o disminuirlas si es necesario. El egoísmo y la cabezonería no llevan a buen puerto nunca, y lo idóneo para que una pareja conviva sin problemas es saber configurar el espacio común, moldeándolo y adaptándolo entre ambos.