El vino en las bodas

Cheering up

¿Cómo elegir el vino perfecto para la boda? A menos que seamos unos expertos en esto en nuestra vida diaria, puede darnos más quebraderos de cabeza de lo que pensamos. O quizás no: puede que lo que nos interese es lavarnos las manos y dejar elegir a otro…

Sin embargo, nuestra boda puede ser un momento idóneo para aprender algo más, como puede ser a distinguir los vinos, o al menos a saber interpretar lo que nos quieren decir. Toda esa terminología de la que a veces oímos hablar y nos parece poco menos que un lenguaje arcano. Acompañados de un experto, podemos aprender a discernir si un vino es discreto, es decir, tiene un sabor suave que acompañe a los alimentos sin colocarse por encima de éstos, o por el contrario tiene mucha garra y destaca con fiereza. Se aconseja que para las bodas elijamos los que cumplan con la primera condición; lo deseable es que no resten importancia a la comida durante el banquete. Para estar seguros, lo mejor será siempre que los degustemos a la par.

¿Cuál es la proporción?

Una vez elegido el vino, al menos tomando en consideración este requisito tan sencillo (ya tendremos tiempo de aprender más cosas si queremos seguir adentrándonos en el mundillo de la cata), la siguiente duda que se nos plantea es la de cómo distribuirlo en las mesas. Para esto, por suerte, tenemos una norma de protocolo muy clara que sale en nuestro auxilio: se recomienda una botella por cada cuatro personas, lo que finalmente equivaldrá, aproximadamente, a dos vasos y medio para cada uno.

Botellas personalizadas, un bonito detalle

Si queremos convertir el vino en un símbolo de nuestra boda, algo más allá que un acompañamiento durante la comida, podemos recurrir a empresas que nos proporcionan pequeñas botellas personalizadas con nuestro nombre, la fecha, etc (c0mo por ejemplo la página Vinos & Delicatessen) para regalar a los invitados. Puede ser un obsequio original que diga algo de nosotros; si nos atrevemos, podemos elegir un tipo de vino cuya “personalidad” se parezca a la de la pareja. Calmado, pasional… ¡un broche perfecto para cualquier celebración!