Autor: Sara Tras el “sí, quiero” de los recién casados, uno de los momentos más emotivos de cualquier boda, llega un instante de alegría suprema en el que los invitados esperan a la pareja a la salida de la iglesia o del recinto donde se haya celebrado la ceremonia para festejar el 30 noviembre 2012UserComments:0
Tras el “sí, quiero” de los recién casados, uno de los momentos más emotivos de cualquier boda, llega un instante de alegría suprema en el que los invitados esperan a la pareja a la salida de la iglesia o del recinto donde se haya celebrado la ceremonia para festejar el casamiento con una auténtica lluvia de arroz.
Pero, ¿de dónde viene esta tradición tan arraigada? Es evidente que, como prácticamente todos los elementos que conforman una boda, el hecho de tirarles este cereal a los novios también tiene detrás una bonita y ancestral historia.
Y esta procede, nada más y nada menos, que de la antigua Roma, cuando el arroz era símbolo de buena suerte, abundancia y fertilidad, ya que la comida siempre ha sido sinónimo de buenas cosechas.
Por ello, hace ya varios siglos que se instauró esta práctica, con la que se pretendía conseguir que los recién casados gozaran de una vida de dicha y felicidad en la que regocijarse con la compañía y el cariño de un buen número de hijos, otro aspecto que también se simboliza a través del arroz debido a que, para los antiguos romanos, las semillas simbolizaban la fertilidad debido a que de una pequeña semilla puede nacer una gran planta, un proceso que también ocurre en el vientre de la mujer cuando se queda embarazada.
No obstante, y aunque esta tradición tiene una bella historia detrás, en la actualidad la práctica de lanzarles este alimento con almidón a los recién casados está cayendo en desuso a causa de que los granos de este cereal pueden provocar dolor, además de diversas caídas debido a que deja el suelo muy resbaladizo.
