Elizabeth y Philip Jennings podrían ser un matrimonio habitual estadounidense con dos hijos que vive a las afueras de Washington a principios de los años 80. Mas no lo son: los dos son espías del KGB infiltrados en la sociedad de america en una época donde Ronald Reagan es presidente y la Guerra Fría está latente.
La novedosa serie de espías de la FX se estrenó el 30 de enero en EEUU. Keri Russell (Felicity) y Mattew Rhys (Cinco hermanos) son los personajes principales de entre los más poderosos estrenos del 2013, cuya continuidad está asegurada: la FX ahora anunció que renovará la serie por una segunda temporada que constará de 13 capítulos.
Los años 80 hicieron su reaparición en la tendencia y en este momento se ve que además en las series; pantalones de talle prominente se mezclan con las más toscas estrategias pre-tecnología actualizada. A falta de los dispositivos más avanzados del S.XXI, el matrimonio Jennings tiene que proteger sus identidades supersecretas a la forma actualmente: disfraces con pelucas, lentes y bigotes postizos, carnés falsos, cámaras de imágenes escondes en el escote, tinta invisible, mensajes en clave insertados en periódicos o bien llamadas desde cabinas telefónicas.
El FBI está alarma para descubrir los probables movimientos de espías de la URSS que traten de menoscabar su seguridad nacional. Y mala suerte para los Jennings: entre los agentes del departamento de contra-sabiduría estadounidense se termina de alterar a la vivienda vecina.
Elizabeth y Philip, formados mediante un duro entrenamiento físico y mental en su Rusia natal, obligados a no vocalizar ni solo una palabra más en ruso durante sus vidas, forman un efectivo conjunto de trabajo bajo el aspecto de matrimonio. Y sucede que tras 15 años juntos y dos hijos en común, aún están tratando hacer nudos sentimentales entre alén de las puras metas laborales.
Elizabeth es dura y fría, algún atisbo de sentimentalismo o bien aprecio hacia América lo considera una traición a la Madre Patria; para Philip, la familia es lo primero y no desecha la deserción, ya que ha aprendido a ver la civilización de america; sus hijos, nacidos y criados totalmente americanos, suponen que sus progenitores son agentes de viajes.
El combate del comunismo y capitalismo que marcó la segunda mitad del S.XX en una guerra enterrada entre ámbas enormes superpotencias de la época, EEUU y la URSS, es el telón de fondo de esta serie interpretada por estoicos espías soviéticos que viven en suelo americano haciéndose pasar por ciudadanos norteamericanos recurrentes. Las órdenes llegan siempre de Moscú, y todos y cada uno de los días se combaten al peligro de ser descubiertos. Mediante ocasionales flashbacks, de a poco vamos conociendo el pasado de Elizabeth y Philip, cuya vida anterior en Rusia es ignota inclusive para el otro.
La pareja de actores personaje principal pertence a los alicientes que tiene esta serie mas, de forma simultanea, es además su handicap, ya que cuesta ajustarse a los nuevos papeles de dos individuos tan populares, que los han marcado ahora para toda la vida: el activo y ágil letrado gay Kevin Walker de Cinco Hermanos y nuestra querida Felicity Porter, aquella universitaria que se abría sendero en Novedosa York hace ahora más de una década, y cuyos viejos rizos solo se tienen la posibilidad de atisbar en las fotografías de los créditos de apertura de la serie. Ver a Felicity ofrecerle una patada a un hombre (por muy traidor que sea) y también incrustarlo en la pared, resulta más que sorprendente.
Será cuestión de tiempo que nos acostumbremos. Lo que ahora tenemos la posibilidad de decir es que The Americans es una serie amena, seria y bien llevada a cabo. Una serie que mezcla la tensión caracteristica de un thriller con tramas peculiaridades de una plácida vida familiar.