Celebrar una boda en el bosque es poco menos que un sueño para las novias que quieran un enlace de cuento de hadas. ¿Qué debemos tener en mente si nos lanzamos a esta idea tan hermosa y original?
Encontrar un paraje natural idóneo para nuestra boda puede ser la tarea más dura, dependiendo del lugar en que vivamos. No podemos ir a la ligera, por mucho que tengamos en mente un rincón que nos encante y que conozcamos gracias a nuestras escapadas de fin de semana. A la hora de preparar una boda hemos de mirar otros aspectos además del estético: debemos pensar en los invitados, procurar que no esté cerca de zonas de cámping, de una carretera, que se halle lejos de las miradas inoportunas… Y no menos importante, habremos de tener en cuenta nuestro vestuario. ¿La zona es adecuada para nuestro traje de novia, para nuestros zapatos o los del novio? ¿O por el contrario tendremos que hacer malabares para caminar? Todos queremos guardar un bonito recuerdo del día de nuestra boda… pero no hay por qué sacrificar la comodidad por ello.
Además de la ceremonia en sí, el bosque también puede ser un lugar excelente para el banquete. Aunque sólo os lo recomendamos si queremos un enlace íntimo, sin demasiados invitados. ¡Reunir a toda la familia, los interminables primos y los hijos de vecinos de cuñados en un espacio así puede ser un desastre!
La importancia de las fotos
Si escogemos un lugar recogido, tan especial como puede ser un bosque, las fotos deben estar a la altura. En estos casos, nada de improvisar. Debemos confiar en un fotógrafo profesional que sepa captar la alegría y frescura de la naturaleza (preferiblemente que haya trabajado en este terreno), jugar con las luces y las sombras… y que por supuesto consiga que nos integremos en cada fotografía de manera espontánea. Que nada parezca artificial ni fuera de lugar: es el objetivo fundamental de una boda que se sitúe en el medio natural, sea éste del tipo que sea.
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