La lluvia en el día de la boda

We have a sollution for rainy wedding day

Una de las situaciones más desastrosas que pueden suceder en el día de la boda es que llueva. O eso pensamos casi siempre… ¿Sabiais que no es así en todas las culturas? Os contamos algunas curiosidades sobre esto.

Nadie duda del fastidio que puede suponer la lluvia para cualquier preparativo o para los propios invitados, que ven cómo sus trajes corren el riesgo de quedar arruinados. Pero lejos de ser un motivo de desdicha, la tradición nos dice todo lo contrario. Se suele comentar, a nivel simbólico, que si llueve en una boda, sobre todo si lo hace de manera abundante, significa que se han vertido en ese día todas las lágrimas que podrían rondar a una pareja. Así que en el futuro que les espera será todo lo contrario: alegre y sin pena alguna.

En tradiciones como las de las bodas hindúes se considera un símbolo de buena suerte que llueva en el día del matrimonio, y es algo esperado y deseado. Hay muchas explicaciones al respecto procedentes de la cultura popular, y muchas de ellas realmente bonitas; por ejemplo, se suele decir que una pareja que se casa en un día lluvioso estará más unida, ya que todos sabemos que un nudo mojado es más fuerte y difícil de desatar que otro que no lo esté.

La idea de que las nubes decidan descargarse en una boda también se asocia con otro símbolo, el de la fertilidad; la mayor parte de las culturas en la época medieval contaban con numerosas maneras de invocar la lluvia, mediante rezos o cánticos, para que regara los campos e hiciera brotar las cosechas. En países como Francia o Italia poseen refranes para representar esta buenaventura que supone la lluvia en el día de los esponsales:

  • “Sposa bagnata, sposa fortunata”: o, lo que es lo mismo, “novia mojada, novia afortuanda” en italiano.
  • “Mariage pluvieux, mariage hereux”: en francés viene a significar “matrimonio lluvioso, matrimonio feliz”