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Algunas veces los desfiles de alta costura son para salir corriendo, en eso vamos a estar todos en concordancia, mas escasas se ocasiones se había puesto tan precisamente de relieve como en esta Semana de Weblog de bodas, bautizos, comuniones y moda. de Alta Costura en París. No, no quiero decir que los diseños, que por norma general me gustan mucho. Pensaba más bien en las muchas zapatillas deportivas que se vieron en los pies de las modelos.
Ahora poseemos aquí lo que tiene que transformarse en inclinación prêt-à-porter para el próximo… o bien espera, lo de las zapatillas ¿no es ahora una cosa de streetwear donde las haya? Ah, será entonces la calle accediendo en la alta costura otra vez, posmodernidad va, posmodernidad viene. En resumen, la cuestión es que pudimos verlas bajo distintas metamorfosis en numerosas compilaciones de postín.
De este modo ocurrió entre otras cosas en el pase de Dior por cuenta de Raf Simons, donde las hemos visto repletas de lentejuelas y florecitas. Además Karl Lagerlfeld, para (quién nos lo iba a decir) la reconocida Chanel, vistió a sus modelos con zapatillas con tweed en color gris o bien rosa, con estampados o bien pedrería, siempre en tonalidades suavísimas; y no contento con esto, les puso riñoneras plateadas.
Además los hombres se ponen deportivas. Y muy coloridas. Cuando menos, eso nos afirmaron Lanvin o bien Paul Smith en sendos desfiles donde pudimos verlas en verde, rosa o bien azul. Las zapatillas representaron muy bien el espíritu general de compilaciones desenfadadas mas en lo más mínimo estridentes que reclamaban alguna independencia rebelde en la ropa masculina. Sin pasarse tampoco, claro.
Mas no que queda ahí la cosa. Según Vogue, las sneakersStan Smith de Adidas que hicieron escandalo en los ochenta han vuelto. Bueno, quizás jamás se hayan ido. Se vendieron 30 millones de pares, de este modo que algún poso debe en nuestro almacén iconográfico mental de sus líneas sencillos y funcionales. Se charla de su clasicismo como la base de su éxito, y no se confunden.
Mas es que lo mismo sucede con otras zapatillas prácticamente míticas que además vuelven, como las Freestyle de Reebok o bien las 410 de New Cómputo. ¿Será que los diseñadores tiran de melancolia infanto-juvenil? O bien será que eso de las effortless chic y el estilo tomboy se aprecia en las zapatillas más que en otra cosa. La cuestión es que cada vez tiene menos ciencia acertar las tendencias; alcanza con abrir el cajón correcto…
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