Hay determinados aspectos de las bodas que nos parecen inamovibles. El novio viste de oscuro, y la novia… la novia siempre tiene que ir de blanco, representando su pureza. ¿O no? ¿Hay algún inconveniente en que vista de negro?
A muchas personas esto les parecerá poco menos que un insulto, teniendo en cuenta el simbolismo del color blanco y su importancia en las bodas incluso más allá del propio vestido. Pero los vestidos negros no han sido siempre ajenos a esta ceremonia. De hecho, la tradición de vestir de blanco para las novias comenzó relativamente tarde en nuestra historia: fue la Reina Victoria, en 1840, quien empezó a popularizar los vestidos de este color en toda Europa al llevar ella uno en su propia boda. Pensad qué sucedería ahora si un puñado de personalidades famosas decidieran cambiar y vestir de negro… ¿no creéis que sucedería lo mismo y se convertiría en una tendencia? Es muy probable, y puede que a una escala mayor.
Seguramente no lleguemos a ver algo así, o por lo menos no en breve, pero no cabe duda de que nada debería impedir a una novia vestir del color que le apetezca. Si se os ha pasado el negro por la cabeza alguna vez, y si no queréis escandalizar demasiado a los invitados o la familia, nuestra recomendación es que le deis una buena justificación a la decisión. Por ejemplo, si dais a la boda una temática gótica o victoriana se puede imponer el negro como norma de vestuario generalizada, y ampliarlo a la novia sin mucho problema.
Vestidos tan válidos como cualquier otro
Como siempre, Internet va a ser nuestro fiel aliado cuando queramos innovar o utilizar un elemento fuera de lo común en nuestra boda. Tenemos páginas como Wedding Dress Fantasy, con un amplio catálogo de vestidos negros de estilo gótico o steampunk. Y si necesitáis darle a alguien argumentos para que entienda que el negro es un color perfectamente utilizable (más allá de los nuestros, ahí arriba), os recomendamos que paséis por Glamour.com y su sección de bodas, donde varios artículos nos hablan del tema con total naturalidad.
